Jimena del Pilar Zúñiga Pacheco
Amo el vuelo y el canto chispeante de los colibríes. Los cielos amplios y las nubes. Los lagos, bosques, montañas, volcanes, el Sol, la lluvia, el viento y los arcoíris. Los verdes y azules vibrantes de esta Tierra. Amo las noches estrelladas. Amo también a los perros, a las mariposas, las abejas y a los caracoles… A las arañas y a los ratones no los quiero demasiado, pero igual me dan risa.
Nos amo a nosotros los humanos, por más densos que seamos a ratos, con todas nuestras incoherencias, pequeñeces, grandezas, noblezas y experiencias. Por más que cada tanto aparezcan dolores, traiciones o manipulaciones, amo esto que somos: Seres humanos poderosos, atravesando esta apasionante Vida –con todo lo que implica– en momentos tan extraordinarios. Porque amo el Amor que somos, más allá de si concuerdo o no con cómo actuamos en nuestros mundos personales. Amo la Humanidad que somos; con nuestra valiosa intuición, radar tan rico y conectado. Amo a nuestra libertad en su sentido álmico, profundo y también literal de sus implicancias, la honro por sobre muchas cosas. Amo que tengamos dones diferentes.
Amo reírnos a carcajadas de cualquier situación y a la gente con humor; celebrar, escuchar y conversar, compartir de corazón; la risa y las preguntas de los niños. Amo aprender de la Vida en sí; caminar sintiendo el vibrar de la naturaleza o de las ciudades; amo el color turquesa en todas sus manifestaciones, el arte turco; el aroma del café, del pomelo, del cilantro, de la tierra húmeda y del jazmín. Amo algunas palabras como chimichurri, bendición, inconmensurable, tata, diáfano, huipil, azul, chingón, sopaipilla, capullo.
Amo el sur de Chile con toda su pureza y sanación; amo a este poderoso y profundo Chile en el que elegí nacer a mediados de los ‘70, por más miedos y complejos que alberguemos como pueblo, pero donde también habitan gran conexión y sabiduría; amo muchos rincones de esta grandiosa América, de Turquía y de Guatemala.
Amo la Consciencia con sus caminos infinitos, mucho más allá de la astrología. Amo el lenguaje del alma que nos acompaña mediante sincronías, señales, flujos. Amo esta Vida misteriosa y magnífica que pulsamos en el centro de nuestro pecho.
Esto es parte de lo que puedo decir sobre mí, por ahora.
Amo el viaje de esta Vida humana con todo lo aprendido y recibido, con todo lo que es y con aquello que vendrá.
Gracias.